Los hábitos de consumo a largo plazo se han interrumpido, acelerado o revertido durante la pandemia, pero no todos los comportamientos se van a quedar para siempre una vez que la sociedad pueda volver paulatinamente a la normalidad. Un nuevo informe del McKinsey Global Institute titulado ‘La recuperación de la demanda de los consumidores y los efectos duraderos de la COVID-19′ señala tres tendencias que han llegado durante la crisis sanitaria para quedarse.

El test de permanencia se llevó a cabo en seis áreas de consumo que representan tres cuartas partes del gasto total de los consumidores: la alimentación online, ocio y entretenimiento, la vida en el hogar, viajes de placer, educación en remoto y servicios de telemedicina.

Al aplicar la prueba, el informe concluye que la compra online de alimentación, las citas médicas virtuales y el entretenimiento desde el hogar probablemente se mantendrán. Por otro lado, la educación a distancia, los viajes de ocio y la restauración volverán a los patrones anteriores a la pandemia.

Sin embargo, lo harán con algunas modificaciones, como el uso de herramientas digitales en la educación o la incorporación de servicios digitales como las cartas virtuales en la hostelería.

La recuperación del gasto, imprescindible para la economía

«Dado que el consumo representa aproximadamente dos tercios de la economía mundial, la recuperación del gasto de los consumidores será fundamental para nuestras perspectivas económicas al salir de la pandemia», asegura Jaana Remes, socia del McKinsey Global Institute y coautora del estudio.

El informe se muestra optimista en cuanto a la recuperación, ya que la pandemia no ha desencadenado un exceso masivo de deuda de los consumidores, ni el estallido de burbujas inmobiliarias. La caída del gasto en los primeros meses se debió, sobre todo, a los recortes de los servicios de consumo en persona, como los viajes, el ocio y la restauración.

«Según se avance en la curva del virus y se normalice la situación de restricciones de movilidad, la confianza del consumidor comenzará a remontar y algunas categorías se recuperarán en consumo», anota Ignacio Marcos, socio senior en McKinsey & Company en España.

La demanda de los hogares con ingresos altos será clave para la fuerza y la velocidad de la recuperación. Como contrapunto, los hogares compuestos por jóvenes con ingresos bajos, probablemente se enfrentarán a limitaciones de poder adquisitivo.

A pesar de que en Europa los programas de reducción de jornada laboral han contribuido a proteger el empleo, los consumidores no experimentaron un aumento del ahorro tan grande como en Estados Unidos y la caída ha sido más severa. En consecuencia, es probable que el gasto no se acelere tan rápidamente como al otro lado del charco.

Fuente: www.puromarketing.com