Los ecos del proyecto Do Not Track han llegado hasta los rincones del Parlamento europeo. A tan sólo semanas de lo que sucedió en EEUU con la tecnología desarrollada por la elite IT de ese país con el fin de resguardar la información de los consumidores, la Unión Europea acaba de lanzar una propuesta de ley para regular la recolección indiscriminada de datos privados de usuarios.

En resumidas cuentas se trata de una ley de datos única que, entre otras cosas, obligaría a las empresas de marketing a obtener un consentimiento informado para poder usar los datos de los clientes para fines comerciales. Sin ir más lejos, la ley obligaría a los sitios a preguntar a los usuarios sobre su consentimiento para habilitar las cookies de monitoreo de comportamiento en sus navegadores.

Dice la propuesta: “Los Estados miembros velarán por que únicamente se permita el almacenamiento de información, o la obtención de acceso a la información ya almacenada, en el equipo terminal de un abonado o usuario, a condición de que dicho abonado o usuario haya dado su consentimiento después de que se le haya facilitado información clara y completa, en particular, sobre los fines del tratamiento de los datos“.

Frente a la iniciativa parlamentaria, la Asociación de Marketing Directo (DMA) se organizó junto a la Interactive Advertising Bureau (IAB) y otros representantes de comercio para escribir un comunicado dirigido al gobierno del Reino Unido, advirtiendo que cualquier ley restrictiva de datos podría estrangular el flujo de innovación en el marketing. Sin embargo, ambos organismos llegaron a la conclusión que la ley no debería ser considerada como un obstáculo para los negocios, sino más bien un nivelador hacia arriba.

“Los contenidos en Internet hay que costearlos y, hoy por hoy, la única fuente de ingresos sostenible es la publicidad. En este sentido, las cookies pueden aportar ventajas beneficiosas para la sociedad”, dijo Javier Navarro, presidente de la asociación empresarial de publicidad IAB Spain.

Entre éstas, “la creación de una publicidad online menos intrusiva y más inteligente, que se adapte mejor a lo que verdaderamente puede querer un internauta. Sirven también para controlar el número de impactos de un anuncio que recibe un mismo usuario”, agrega Navarro.

Por su parte, Caroline Roberts, directora de asuntos públicos de la DMA dijo: “Mucha gente está muy preocupada acerca de cómo se utilizan los datos de su vida privada por lo que la respuesta de las empresas deberá ser transparente y promover tales beneficios”. Como caso de buena práctica, Google aseguró que la ampliación del control que ofrece a los usuarios sobre sus datos permitió que sean más eficaces al momento de ofrecer publicidad personalizada.

La conclusión es que, en vez de estrangular la innovación, la regulación del monitoreo y extracción de información que realizan las empresas sobre los datos privados de navegación de las personas tornarán comercialmente más productivo el negocio del marketing.

Sin dudas que la solución perfecta sería invitar a que los usuarios cuenten sus preferencias voluntariamente. No sólo puede ser la mejor manera de conseguir datos fiables y precisos, es también un muy buen método para que los consumidores tengan una mente más abierta con respecto a lo qué hacen este tipo de empresas con su información.

Guste o no esta iniciativa parlamentaria, hay que estar seguros de algo: una regulación de este tipo obligará a las empresas a encarar una relación transparente con los usuarios, porque para sentirse protegidos y confiar, los clientes deberán saber exactamente lo que sucederá con su información y cómo ellos podrían controlar esos procesos. Ahora, si se aprueba o no este proyecto, las empresas de marketing deberían estar de todos modos avanzando por su cuenta hacia ese camino.

Recurso Adicional

 

Los puntos clave de la Propuesta de Regulación de Protección de Datos Europea (video animado)