La impresión 3D es una tecnología que permite crear objetos tridimensionales mediante la superposición de capas sucesivas de material -como plástico, metal o ¡chocolate!-. Y aunque el término “impresora” provoca un poco de confusión lo cierto es que los dispositivos encargados de crear piezas con volúmenes presentan oportunidades interesantes  para los marketineros. En este post, te damos algunas claves.

Más allá de los usos médicos e industriales que se le está dando a la impresión 3D, las marcas ya comenzaron a ver a la innovación como un proceso de personalización de productos y campañas. Tal es el caso de la marca Converse, que ofreció a sus consumidores diseñar su “zapatilla ideal” y obtenerla en menos de una hora; o Nokia, que permitió a los usuarios de Lumia 820 y 520 personalizar sus propio packaging y accesorios del smartphone.

En una reciente entrevista, el director europeo de marketing digital de Nokia, Thomas Messett, explica los alcances de esta tecnología para el marketing: “La impresión  tiene el potencial de ofrecer el próximo salto en la vida social para las marcas. Se encuentra en la cresta de la ola en este momento, pero hay sólo un pequeño número de personas que poseen o tienen acceso a una impresora (de este tipo)”.

Desde juguetes y hardware, hasta joyas y prendas de vestir, el 3D parece encarnar el anhelo de inmediatez y control de los consumidores. En un interesante artículo Jeremy Garner ejecutivo de la agencia inglesa Weapon7 sintetiza el desafío que representa la impresión 3D: “Es casi la última manifestación del consumismo. No sólo para adquirir bienes, sino también representa la fabricación de los propios anhelos del consumidor”.

Las oportunidades que presenta la impresión 3D cambia el juego del marketing. Va más allá de un diseño centrado en el usuario: apunta a que se adapte a sus necesidades e intereses. Es decir, este panorama alienta la creación de nuevos productos que no sólo son funcionales sino que encarnan los valores de las marcas de una manera nunca antes realizada.

La clave para todos los marketineros: mediante la innovación que permite la impresión 3D debemos apuntar a los hábitos de las personas. Los consumidores son los que recomiendan a la marca nuevas ideas de productos que se pueden convertir instantáneamente en objetos tangibles y verdaderamente a medida.

Nunca el consumidor había estado frente a tantas elecciones juntas: color, las dimensiones físicas exactas y los materiales, entre las principales. Pensemos en dispositivos móviles, casas, autos, ropa, configurados específicamente. Todo ello ante la gran oportunidad que tienen las marcas de ser las primeras en innovar. No olvidemos que la familiaridad es lo que hace a una marca única y lo que la diferencia en el ruido comercial.

Durante los años siguientes, veremos una verdadera “inversión” de las leyes del marketing. El consumidor crea sus propios productos que pueden actuar como expresiones de la marca. La reciente campaña de Coca-Cola es un ejemplo claro. Con ayuda de la agencia Geffen Team, se focalizó en realizar una acción innovadora para fidelizar a sus clientes.

¿Cómo lo hizo? Con el objetivo de promocionar sus “botellas mini” ofreció una miniatura a sus clientes de ellos mismos permitiéndoles a los fans de la marca conocer en primera persona una impresión 3D. En pocas horas, los clientes podían llevarse la miniatura a sus casas

Aquí te dejamos un video de la experiencia que puede ser inspiradora.

 

Coca-Cola Mini-Me (3D printing) from Gefen Team on Vimeo.